Jesús Cristo | Jesucristo

Jesús de Nazaret (8-4 a.C. – 29-36 d.C.), también conocido como Jesús, Cristo o Jesucristo, es la figura central del cristianismo y una de las figuras más influyentes de la cultura occidental. Jesús, él es Cristo, "El Untado," "o el Mesías". El nombre "Jesús" es sacado de la palabra hebrea-Aramaic " Yeshua ", queriendo decir "Yahweh [el Señor] es la salvación." El nombre "Cristo" es realmente un título para Jesús. Esto viene de la palabra griega " Christos ", significando "El Untado," "o Mesías" en el hebreo. Para los cristianos, Jesús es Hijo de Dios y, por extensión, la encarnación de Dios mismo, por ser Dios uno en una trinidad. Su importancia estriba asimismo en la creencia de que, con su muerte y posterior resurrección, redimió al género humano.

En "la plenitud del tiempo" Él nació en Belén, en el reinado del emperador Augusto, de Mary, que fue prometida en matrimonio a Joseph, un carpintero (Mt 1:1; Lk 3:23; comp. Jn 7). Su nacimiento fue anunciado a los pastores (Lk 2:8,20). Los sabios del este vinieron a Belén para verlo que fue nacido "el Rey de los Judíos," trayendo a regalos con ellos (Mate. 2:1-12). Los celos crueles de Herod condujeron al vuelo de Joseph en Egipto con Mary y el niño Jesús, donde ellos se quedaron hasta la muerte de este rey (Mate. El 2:13-23), cuando ellos volvieron y se instalaron Nazareth, en más Abajo Galilee (Mt 2:23; comp. Lk 4:16; Jn 1:46, etc.). A la edad de doce años él se acercó a Jerusalén a la Pascua de los judíos con sus padres. Allí, en el templo, "en medio de los doctores," todo que lo oyó fue "sorprendido en su entendimiento y respuestas" (Lk 2:41, etc.).

Después del bautismo de Jesús por John el Bautista (Mt 1:10f) y 40 días en el páramo (Mt 4:1-11), Jesús juntó a los 12 discípulos alrededor de él. Él enseñó a estos discípulos el sentido del Reino de Dios, sobre el pasado, presente y el futuro, de la Paternidad de Dios para aquellos que aceptan su como el Mesías, y de la realización de las escrituras y profecías en su vida, muerte y resurrección. Él llamó doce hombres judíos para seguirlo, trabajando estrechamente con ellos para entrenar y prepararlos para continuar el ministerio. Su modo primario de enseñar las muchedumbres era por parábolas (Mt 13), de que Él más tarde explicó el sentido a los discípulos en privado. Jesús también realizó muchos milagros como signos de la presencia y poder del reino de Dios y de su Messiahship (Mk 2:10, Jn 2:11). Después de su resurrección él apareció a Mary Magdalene y sus discípulos y encargó que ellos tomaran el evangelio al mundo entero en el poder del Espíritu a quien Él les enviaría después de que él había subido en el cielo.

Su vida y muerte proporcionaron el sacrificio que expía a favor de los pecados del mundo. El hombre fue separado de Dios por el pecado de Adán, pero reconcilió atrás para Dios por el sacrificio de Jesús. Él reclamará a su Novia, la iglesia, y vuelta posterior en su Segundo Viniendo para juzgar el mundo y establecer su reino eterno, así realizando la profecía Mesiánica.

Los Logros de Jesucristo
Los logros de Jesucristo son demasiado numerosos para poner en una lista. Él fue concebido del Espíritu Santo, nacido de una Virgen. Él vivió una vida libre de pecado. Él convirtió el echar agua en el vino, curó a muchas personas enfermas, ciegas y cojas, él perdonó pecados, él multiplicó al pescado y panes del pan para dar de comer a miles en más de una ocasión, él entregó al demonio poseído, él anduvo por el echar agua, él calmó el mar tempestuoso, él levantó a niños y adultos de la muerte a la vida. Él proclamó las noticias buenas del Reino de Dios.

Él posó su vida y fue crucificado. Él descendió en el infierno y tomó las llaves de muerte e infierno. Él entregó el sólo de la vieja ley y les abrió el cielo y nosotros. Él resucitó de los muertos. Él pagó para los pecados del mundo y compró el perdón de hombres. Él restauró el compañerismo del hombre con Dios, abriendo el camino a la vida eterna. Éstos son sólo algunos de sus logros extraordinarios.

Jesucristo es Dios
Aunque difícil para entender, la Biblia da clases, y los Cristianos fielmente creen, que Jesús es Dios, o Immanuel, "Dios con nosotros." Él siempre existía y siempre era Dios (John 8:58 y 10:30).

"Y la Palabra fue hecha la carne y moró entre nosotros" escribió a San Juan (1:14). De este modo, la Segunda Persona de la Trinidad Santa asumió la naturaleza humana. Jesucristo es el Hijo de Dios, a la Palabra Divina de quien John escribió, "al principio era la Palabra; la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios" (John 1:1).

Jesucristo es hombre
También difícil de entender, aún la Biblia da clases, que Jesús no era sólo totalmente Dios, pero totalmente hombre. Puesto que cuando San Pablo nos enseña aunque el Galatians: "en la plenitud de tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer" (Galón 4:4). A fin de hacerse un miembro de la raza humana en el sentido más lleno, la Segunda Persona de la Trinidad se hizo el hombre naciendo de una mujer humana, Mary. Él fue concebido por ella sin la ayuda de un padre humano, pero mejor dicho, por el poder del Espíritu Santo. Así, el hombre-Dios Jesucristo tenía sólo a Dios como Su Padre, y el Virgen María como Su Madre. Él se hizo un ser humano de modo que él pudiera parecerse a aquellos él redimiría, y de modo que él pudiera identificarse con nuestras debilidades y luchas, y el más importantemente de modo que él pudiera dar su vida para pagar la pena para nuestros pecados (John 1:1,14; hebreos 2:17; Philippians 2:5-11).

Jesucristo como Profesor
Podemos ver fácilmente que Él no era el mismo como otros grandes profesores religiosos. Él no sólo trabajó milagros que podrían ser certificados, pero trabajaron ellos en contextos tal que había un lazo establecido entre el milagro y la reclamación, cuando vemos en la curación del paralítico en la Señal 2. Él pronosticó Su propia resurrección; Él vivió una vida de tal santidad que Él podría desafiar a la gente: ¿"cuál de ustedes puede condenarme al pecado?" (John 8:46). ¡Casi nadie más se atrevería a dar tal desafío! Su enseñanza descansó no en el razonamiento de humano, pero en las autoridades divinas, como cuando Él dijo varias veces: “usted ha oído que les fue dicho de viejo: los Thou shalt no cometen el adulterio. Pero LE DIGO, que quienquiera considerará a una mujer a la lujuria después de ella, hath adulterio ya cometido con ella en su corazón” (Matthew 5:28)

Note que Jesús, que comenta sobre las palabras y el mandamiento de Dios Él mismo en el Éxodo 20:14, claramente pone Su propia declaración sobre el mismo nivel: Usted ha oído que Dios ha dicho, PERO DIGO, dice Jesús. Está aquí de decir espectáculos Jesús es Dios, ya que Él por sus propias autoridades (como Dios), estableció la Nueva Ley para nosotros para ser seguido.

Jesucristo como Redentor
Sin embargo, la razón principal que Dios se hizo el hombre era redimirnos del pecado, es decir pagar la deuda de nuestros pecados, como Leo que el Gran dijo (Carta a Flavian, el 13 de junio, 449). Leemos en la Epístola al Ephesians (2:4-5): "Dios, siendo rico en la piedad, debido al gran amor con el cual Él nos amó, aun cuando estábamos muertos en nuestras transgresiones, nos hizo vivos otra vez juntos con Cristo."

Jesús como Fundador
Jesucristo fundó una Iglesia universal sobre San Pedro (Mt. 16:18-20; Jn. 21:15-17). Este es probado por historia, Escritura y tradición. Jesús dijo que su Iglesia sería "la luz del mundo." Él entonces notó que "un juego de ciudad en una colina no puede ser escondido" (Mate. 5). Este significa que su Iglesia es una organización visible. Esto debe tener características que claramente lo identifican y esto lo distingue de otras iglesias. Jesús prometió, "construiré mi Iglesia y las puertas de infierno no prevalecerán contra ello" (Mate. 16:18). Este significa que su Iglesia nunca será destruida y nunca desaparecerá de él. Su Iglesia sobrevivirá hasta su vuelta. Hay que pertenecer a una Iglesia universal verdadera Jesucristo establecido para ser Salvado, ya que él que rechaza oír la Iglesia parece al pagano y el tabernero (Matthew 18:17).

“Donde el obispo es, allí deje a la multitud de creyentes ser; justo cuando donde Jesús es, haya Iglesia Católica” - Santo Ignatius, Obispo de Antioch, 1r c. D.J.C.

Una Persona, Dos Naturalezas
El Consejo de Chalcedon en 451 traído al punto culminante los debates largos sobre el maquillaje de Jesús: Él es una Persona, una Persona Divina, teniendo dos naturalezas, divinas y humanas, de tal modo que estas dos naturalezas permanecen distintas después de la unión en una Persona. Llamamos esta unión "hypostatic unión" de "hypostasis" griego el que significa a la persona - dos naturalezas participaron en una Persona.

Su naturaleza humana es el mismo como el nuestro, ya que él tenía un cuerpo humano y un alma humana. Él pareció a nosotros en todas las cosas salvo que Él era sin el pecado, aunque Él fuera tentado cuando somos (hebreos 4:15). Sin embargo, este no significa que Él tenía dentro de Él pasiones desordenadas. El Segundo Consejo de Constantinople en 553 definió esta verdad contra "Theodore impío de Mopsuestia".

Su naturaleza divina es el mismo como aquel del Padre. El Consejo de Nicea en 325 definió esto Él es "un en la sustancia [homoousios] con el Padre".

La Maravilla de la Encarnación
Finalmente, Platón, el gran filósofo griego, en su Simposio 203, escribió: "ningún Dios se asocia con hombres". Aristóteles en su Ética Nichomachean 8. 7 escribió que "la amistad de Dios con un hombre es imposible; la distancia es demasiado grande". ¿Qué habrían pensado ellos habían aprendido que ellos que Dios realmente se hizo el hombre, y hasta, que Él willed por nosotros para rendirse a una muerte horrible y vergonzosa? En el Antiguo Testamento, el Deuteronomio 21:23 dice: "blasfemado ser cada uno que cuelga en la madera". Sorprendente San Pablo dijo el Corinthians (yo. ¡1) que la doctrina de la cruz sea la locura a los griegos, y un escándalo a los Judíos!

Revelaciones de Santa Brígida de Suecia
Libro 1, Capítulo 2
Revelacion de Jesucristo
“Yo soy el Creador de los Cielos, la tierra y el mar, y de todo lo que hay en ellos. Yo soy uno con el Padre y el Espíritu Santo, no como los ídolos de piedra o de oro, como en una ocasión se ha dicho, tampoco soy varios dioses, como la gente acostumbraba a pensar, sino un solo Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas y una sustancia, Creador de todo pero no creado por nadie, inmutable y omnipotente, sin principio ni fin. Yo soy el que nació de la Virgen, sin perder mi divinidad pero uniéndola a mi humanidad, de modo que en una persona fuese verdadero Hijo de Dios e Hijo de la Virgen. Yo soy el que fue colgado en la cruz, muerto y sepultado y aún así mi divinidad permaneció intacta.

“Pese a que morí en la humana naturaleza y el cuerpo que Yo, el único Hijo, había adoptado aún vivía en la naturaleza divina, en la que Yo era un Dios junto con el Padre y el Espíritu Santo. Yo soy el mismo hombre que resucitó de la muerte y ascendió al Cielo, y quien ahora habla contigo a través de mi Espíritu. Te he elegido y tomado como esposa mía para mostrarte mis secretos, porque así quiero hacerlo. Poseo cierto derecho sobre ti porque tú sometiste tu voluntad a la mía cuando murió tu marido. Tras su muerte, tú pensaste y rogaste sobre cómo hacerte pobre por mí, y deseaste dejarlo todo por mi bien. Por eso, tengo justo derecho sobre ti y, por esa gran caridad tuya, yo tengo que proveerte. Por ello, te tomo por esposa para mi propio beneplácito, el que conviene que tenga Dios con una alma casta.

“Es un deber de la esposa estar preparada para cuando el Esposo decida celebrar la boda, de forma que pueda estar correctamente vestida y limpia. Estarás limpia si tus pensamientos están siempre centrados en tus pecados, sobre cómo te purifiqué del pecado de Adán por el bautismo y sobre cuán a menudo te he apoyado y sostenido cuando has caído en el pecado. La esposa también ha de ponerse las prendas del novio sobre el pecho, es decir, debes recordar los favores y beneficios que te he hecho, como cuán noblemente Yo te creé dándote un cuerpo y un alma; cuán noblemente te enriquecí dándote salud y bienes temporales; cuán amorosamente te rescaté cuando morí por ti y restituí para ti tu herencia, por si desearas tenerla. La novia debe también hacer la voluntad de su Esposo. ¿Cuál es mi voluntad sino que quieras amarme por encima de todas las cosas y que no desees nada más que a mí?

“Yo he creado todas las cosas por el bien de la humanidad y todo lo he puesto a su disposición. Y aún así, los seres humanos aman todo menos a mí y no aborrecen nada más que a mí. Les restituí la herencia que habían perdido por el pecado, pero ellos se han enajenado tanto y se han alejado tanto de la razón que, en lugar de la gloria eterna en la que están todos los bienes duraderos, prefieren la honra pasajera que es como espuma de mar, que aumenta un momento, como una montaña, y rápidamente se deshace en nada. Esposa mía, si no deseas nada más que a mí, si desprecias todo por mi bien –tanto hijos como padres, lo mismo que las riquezas y los honores—Yo te daré el más precioso y dulce regalo.

“No te daré ni oro ni plata como pago sino a mí mismo como Esposo tuyo, Yo, que soy el Rey de la gloria. Si te avergonzases de ser pobre y despreciada, considera cómo tu Dios lo ha sido antes que tú, cuando sus sirvientes y amigos le abandonaron en la tierra, porque Yo no busqué amigos en la tierra sino en el Cielo. Si estás preocupada y temerosa de verte cargada de trabajo y enferma, considera qué grave es arder en el fuego. ¿Qué hubieras merecido si hubieras ofendido a un maestro terreno, como has hecho conmigo?

“Porque, aunque Yo te amo de todo corazón, nunca actúo contra la justicia, ni aún en un solo detalle. Igual que tú has pecado en todos tus miembros corporales, también debes reparar en cada miembro. Sin embargo, debido a tu buena voluntad y a tu propósito de enmienda, Yo conmuto tu sentencia por una de misericordia y remito el duro suplicio a cambio de una módica enmienda. Por esta razón, ¡abraza de buena gana tus pequeñas cargas para que puedas quedar limpia y conseguir cuanto antes tu gran premio! Es bueno que la esposa se canse y comparta las fatigas del Esposo, de forma que descanse así más confiadamente con Él”. --Revelaciones Celestiales de Santa Brígida de Suecia